«Twitter ha tenido una caída masiva en sus ingresos debido a los grupos activistas que están presionando a los anunciantes, pese a que nada ha cambiado con la moderación de contenido y pese a que hemos hecho todo lo que hemos podido para apaciguar a los activistas». Estas eran las palabras que Elon Musk dejaba sobre tu tuit tras la ejecución de despidos masivos de empleados de la red social que semanas antes compraba por 44.000 millones de dólares.
Un aluvión de ceses laborales que han afectado a cargos directivos, como el jefe global editorial, el director de ética y transparencia, el jefe de información y el de estrategias. Personal de diferentes sedes de países como EEUU, Reino Unido y Singapur.
Pero, ¿qué ha sucedido tras la entrada del empresario en la sede de Twitter cargando un lavabo con ademán sonriente? «¡Piensa en lo que eso significa!», soltaba Musk en la red. Una frase hecha en inglés, que literalmente podría significar también «deja que entre esta pila de lavabo».
¿Acaso este hecho vaticinaba la actuación la intención del magnate de dar un lavado de cara a la red social?, o incluso, ¿pretendía anunciar que la plataforma social acabaría tirada por el desagüe?
Convertir Twitter en habitaciones de hotel
Tras la oleada de despidos en la compañía, unas imágenes daban prueba de que las amenazas de Musk iban en serio y la plantilla restante está trabajando «muchas horas a alta intensidad».
Y es que el director de orquesta de la red social ha decidido convertir sus oficinas en un hotel improvisado: sofás transformados en camas, armarios y hasta una lavadora para que sus trabajadores puedan descansar (y lavar la ropa) mientras no estén trabajando. Un despliegue de generosidad que forma parte del llamado “Twitter 2.0”.
Marcha de anunciantes incrementan la crisis en Twitter
Sea como fuere, el objetivo de Musk de colocar a Twitter en una senda saludable no parece llegar a buen puerto. Pues junto al escenario de despidos, marcas como L’Oréal, Pfizer, General Motors, Volkswagen, Carlsberg o General Mills han decidido parar su publicidad en Twitter tras iniciarse la política de moderación de contenidos sobre la red. Una fuga de anunciantes que representa el verdadero talón de Aquiles que acentúa la situación de criris en Twitter, ya que la publicidad representa alrededor del 90 % de sus ingresos.
Sin embargo, esto no parece hacer temblar a Musk quien, autoproclamándose un «absolutista de la libertad de expresión» y tras tomar las riendas de la plataforma, informa de que este consejo será el encargado de dar el visto bueno al restablecimiento de ciertos perfiles cerrados por la anterior administración. Un consejo que ha autorizado que el rapero Ye, anteriormente conocido como Kanye West, haya recuperado el acceso a su cuenta de Twitter después de que este lanzase soflamas antisemitas –algo que le costó el fin de su colaboración con marcas como Adidas–. Pero esto no se trata de un caso aislado y otros desterrados de la red social han logrado de nuevo ocupar su trono, como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, excluido en enero de 2021, después del ataque de sus partidarios al Capitolio de EEUU y de que el expresidente publicase mensajes justificándolo.
Pero, el pasado 13 de diciembre, la confusión inundaba de nuevo la red social fortificando la crisis en Twitter cuando esta anunciaba la disolución de su Consejo de Confianza y Seguridad, un grupo de voluntarios que ofrecía a la empresa asesoramiento externo sobre seguridad en internet, desarrollo de productos, programas y reglas como moderación de contenidos y combate al odio en la plataforma. Se informaba de que esta ya no era «la mejor estructura» para brindar «perspectivas externas sobre nuestro trabajo de desarrollo de productos y políticas». Un mensaje que llegaba horas de la reunión que había planeada entre el consejo y la dirección de Twitter.
Twitter Blue: si usas iPhone, te toca pagar más
La ruleta de noticias de Twitter continúa girando y es el propio Musk quien gira esa ruleta para ver si los medios están atentos a sus ocurrencias. Y es que, tras la nueva versión de la red social, que se estrenaba hace tan solo 2 meses, Musk anuncia el renovado Twitter Blue, un servicio que antes verificaba a los usuarios más relevante, y ahora vive de suscriptores. Este reciclado servicio tiene un coste de 8 dólares mensuales si se realiza la suscripción desde un navegador web; pero si se hace desde un dispositivo Apple, pagas 11 dólares al mes. ¿La razón? Quizás sea el precio a pagar por las polémicas tasas que impone la empresa de Cupertino en su App Store.
Pero, ¿ese es el verdadero coste de las ventajas que ofrece Twitter Blue para sus suscriptores? Quienes se suscriban con Twitter Blue tendrán la oportunidad de acceder a funcionalidades experimentales de la red social, añadiéndose a la posibilidad de editar tuits, subir vídeos y utilizar el Modo Lectura. Además, los usuarios con la marca azul tendrán prioridad en la plataforma, siendo sus tuits priorizados por encima del resto de usuarios.
Aunque las explicaciones son someras y dejan muchas dudas en el aire, parecen ir adelante los planes que el magnate: “Verificación dorada para empresas, gris para gobiernos, azul para individuos (famosos o no) y todas las cuentas verificadas serán autentificadas manualmente antes de que se active la verificación. Doloroso, pero necesario”, tuiteó entonces.
Ahora solo queda mantenerse a la espera y ver qué tal le va a la red social este sistema, si seguirá a flote o acabará hundiéndose; pero ya parece que Twitter tiene los elementos necesarios para generar dinero de manera inmediata para su supervivencia.
Musk corta los hilos de Twitter: de 280 a 4000 caracteres
Twitter es un no parar…de cambios y exclusivas que se desvelan entre tuit y tuit, donde la última de ellas puede acabar incluso con la filosofía original de la red social. En una conversación con un usuario, Musk ha confirmado con un conciso «sí» que la red social va a emprender su camino hacia una nueva reestructuración: aumentará el límite de sus caracteres de 280 a 4.000.
Si finalmente esto se lleva a cabo, supondrá el fin del clásico uso de la red de los tuiteros: los hilos. Pero no solo se dirá adiós a esta costumbre de los usuarios, sino que – y lo más sobrecogedor – se aniquilará la propia esencia de la red cuyo propio nombre está inspirado en los píos de los pájaros, un sonido corto y directo de apenas unos segundos que sirve para encadenar su canto.
Quizás sea otra de las «tonterías» que Musk advirtió que sucederían cuando tomo la batuta de la plataforma social y finalmente no se lleve a cabo o tengamos de acabar aceptando estas y otras decisiones del magnate.
Lo que sí está claro es que la crisis en Twitter es indubitable, sobre una montaña rusa llena de curvas, sin conductor ni rumbo; donde Musk incluso ha ido sacando pecho. «La tendencia es prometedora». «Acabamos de alcanzar un nuevo récord en el uso de Twitter», planteaba haces unas semanas. Aquello de mejor que se hable mal de uno que no se hable. Por el momento, el proyecto vive dando tumbos y el pájaro parece estar libre, ¿volará o acabará necesitando un desfibrilador?