Un año más estamos inmersos en la fiesta de Halloween. Cada vez la interiorizamos más y para nuestros hijos es un motivo de alegría y fiesta. ¡Qué paradoja! Hoy en día somos capaces de reírnos hasta de la muerte. ¿Dónde estará aquel respeto que teníamos al día de los difuntos?, ¿y las excursiones con los amigos a comer castañas y nueces al campo?… ¡Cómo cambió el panorama social tras el videoclip Thriller de Michael Jackson!. Para algunos, como es mi caso, supuso no poder dormir con los brazos fuera de la cama y, en cambio para otros, fue el inicio de un multimillonario negocio.
Marketing para Halloween
La factoría americana de generar motivos para dar de comer a la bestia consumista está en plena actividad. Cualquier excusa es buena, o no, para vender. Los grandes almacenes se inventan “días de”, “semanas de” para que los consumidores nos acerquemos a comprar cosas que, en muchas ocasiones, ya no nos caben ni en nuestras casas. Lo importante es tener, y tener más y mejor que nuestro entorno. Compramos muchas veces sin pensar en el uso que le vamos dar, pero lo importante es comprar.
Nos han convencido de que cada época del año tiene una justificación perfecta para que tengas que adquirir un tipo de producto y servicio. Si no damos el paso y gastamos el dinero en donde nos dicen que lo tenemos que gastar, se produce en nuestro interior un mal estar que, curiosamente, se olvida en muy poco tiempo.
Entonces, ¿por qué tenemos que hacer caso a Mr. American Marketing y todos sus seguidores para que nos digan qué tenemos que hacer con nuestro dinero? La respuesta es muy sencilla: Porque de lo contrario no eres feliz.
En Marketing se utilizan mucho los sentimientos para conseguir ventas. Las marcas quieren llegar a conectar con la personalidad de los consumidores para que compren sus productos y nos informan, entre líneas, que si no compramos o no consumimos, nos estamos perdiendo algo realmente maravilloso. Un sentimiento que suele desembocar en una tristeza pasajera y en un desasosiego consumista.
Yo ayudo a vender productos y servicios a mis clientes y os puedo asegurar que el Marketing pone a mi disposición infinidad de herramientas y técnicas para poder convencerte para que consumas. Pero muchas veces, os hablo con sinceridad, me supera. En alguna ocasión puntual he tenido que rechazar algún tipo de promoción por ética profesional. En Marketing “no todo vale” a pesar de que muchos digan lo contrario.
Los que nos dedicamos a esto, no tenemos un libro blanco que nos diga cómo tenemos que hacer Marketing para las empresas. La creatividad no tiene límites, pero lo que está claro es que tenemos que tener siempre presente que todo lo que comuniquemos en una campaña de Marketing va dirigido a un target que busca excusas para consumir. Es una gran responsabilidad que debemos tener presente a la hora de trabajar y proponer acciones coherentes y éticas. El sentido común debe ser la hoja de ruta para poder hacer Marketing de calidad.
Y mientras escribo estas líneas, han llamado a la puerta de casa un grupo de mini zombies gritando al unísono: “Truco o tratooooo!”. Veo sus caras pintadas de emoción terrorífica y no me ha quedado otra que llenar sus bolsas y calabazas de caramelos y monedas. Vuelvo a mi estudio, me río y sigo tomándome mi café con leche con unos Huesos de Santo que saben a gloria.